Acabo de llegar de México, directamente del país de los jipis, como se autodenominan los chavos USA. Entrar a este hermoso país le cuesta a uno mucho tiempo, mucha saliva y (si es que lo tienes) hasta dinero. Por otra parte, no se permite la entrada a cuanto chavo de pelo largo lo intenta. Por toda explicación, te dicen que "es muy peligroso", pero en pocas palabras, lo que no dicen es que tienen miedo de que la juventud mexicana sea contaminada.
En esta ocasión el oficial de migración me explica que los jipis únicamente vienen a bañarse desnudos en sus bonitas playas o a consumir sus vegetales.
Este problema de la selección a la entrada de un país, es típico de los regímenes cuadrados y para comprobarlo basta intentar a los países del este de Europa, como España y Portugal. La misma cosa. Afortunadamente, a mi no me cuesta dinero, un poco de saliva, pero pobre de aquel que no hable bien el español, porque sufrirá todos los tormentos, desde el insulto hasta el pago.
Tal parece que tratan de acabar con el aventón, con el espíritu de libertad de la juventud, con la idea misma...
Todo esto sirve para advertirte de que si eres extranjero, tienes greña larga y una cabeza que no les plazca a los aduaneros, mas te vale tachar a México de tu mapa de viajes por aventón.
Tuve que entrar a México para poder oír algo sobre su celebre festival, Avandaro, pero lo que es sorprendente es que la primera vez que oí comentarios del festival no fue en ninguna ciudad importante, si no e n un pequeño pueblo lejos de todo, en donde debe pasar un turista cada dos años. Lo que prueba que el mexicano esta bien informado. Lo que prueba también, que no lee y escucha mas que lo que quiere leer y oír, porque el cuate que hablo de Avandaro, o estaba en contra del pelo largo o le informaron mal. Me hecho un discurso --- con un cierto dejo de envidia en la voz --- sobre la juventud mexicana degenerada, que fuma lo que sea y hace orgías donde sea cuando sea. Y no es natural que alguien odie tanto una cosa y que pueda hablar de ella durante tanto tiempo y en ese tono. Me di cuenta fácilmente de que ese pobre hombre estaba totalmente mediatizado por los órganos de información que atacaron fieramente el asunto. Por otra parte, no me he detenido mas que un poco sobre ese tipo de literatura; pero si lo suficiente para darme cuenta de que esas publicaciones deberían estar totalmente prohibidas, porque no sirven mas que para pudrir cráneos y lavar cerebros. El tabloide de ultima calidad que se rebaja hasta arrastrarse en el lodo, y que además se vanagloria de vender tantos cientos de miles de ejemplares, debería ser perseguido por difamatorio. No doy como ejemplo mas que uno que me parece se particularmente virulento y repulsivo: Alarma.
Lamentablemente, en primera plana y en paginas interiores, fotos inocentes de algunos músicos y de masas de chavos. Pero los pies y las cabezas que las acompañaban, eran dignos de una realidad que sobrepasaba la ficción: una niña completamente vestida, pero de ella dicen que hizo strip-tease; jóvenes bailando, pero de quienes dicen que estaban en plena orgía.
Bueno, hasta publican fotos de truco, que nada tienen que ver con el festival. Así, el que tomo las fotos habitaba un planeta distinto del que escribió e l articulo. Increíble. Y ya veo a los eunucos y los importantes deleitándose con la lectura de artículos sin sentido y mirando fotos sin tema, donde no hay nada. El colmo de la explotación.
Y no puede uno mas que tener lastima de quienes hacen y de quienes leen tales porquerías. Pero donde si me quede realmente sin aliento, es en donde declaran que la culpa de todo es de los importadores de nuevas modas, y que al fin de cuentas los únicos responsables son los extranjeros, que vienen únicamente a contaminar a los mexicanos. Si entiendo bien, los grupos que tocaron en Avandaro eran todos nacionales, y tocaron lo que les venia en gana, sea música hindú o americana, nadie tiene la culpa de que no les gusten la bamba y los mariachis...
Y en cuanto a todas las cositas que hay en México para fumar, mascar y tragar, creo que no las importan de Escandinavia, ¿verdad?
En otros países este fenómeno de rechazo a las ideas y actos de la juventud es igualmente verdadero, sobre todo en USA, pero ahí hay ya tantos freaks, que pronto serán la mayoría, y entonces se pondrán volver a organizar los festivales de música, que por lo pronto están escritos por el gobernador fulano o el alcalde mengano. Por cierto, el Festival de Vida fue un verdadero chasco, sobre todo la causa del tiempo, pero también por los problemas que causaron la autoridad y los explotadores.
En Europa estamos en el mismo sitio que antes. Como ahí nadie hace tanto caso a la droga, y tenemos a los países escandinavos que nos señalan el camino del erotismo, nadie se inquieta.
La mayoría de los festivales ocurren en Inglaterra u Holanda, pero si no, están Francia, Bélgica o Alemania. Y el freak europeo se la pasa viajando de izquierda a derecha durante todo el verano, acompañado de canadienses o norteamericanos que prefieren pasar las vacaciones en países donde no se habla de libertad, sino donde se es realmente libre.
Si se detuviera este tipo de imbecilidades sobre degeneración y depravación, habría mucho menos de las dos, y todo el mundo --- hasta los gobiernos --- podrían dormir tranquilos. Y a fin de cuentas, ¿qué es lo que tratan de detener? Una marea incontenible que dirigirá el mundo de mañana. Mas vale entenderse de una vez por todas, y la única manera de hacerlo es detener toda la publicidad, y quitar la lupa de encima de cualquier incidente.
Antes de partir a visitar otros países, la única cosa que puedo esperar e que este festival no sea el ultimo, y que el gobierno mexicano se lo suficientemente sabio como para ver que México no esta nada mas poblado de viejos turulatos, sino también por una cantidad bastante respetable de jóvenes que no piden nada mas pan y circo, como los romanos, sino también un futuro diferente al de sus padres.
Y ya sea con o sin mariguana, con o sin música, con o sin festivales, los jóvenes dirigirán a México algún día, no tan lejano ...
JEAN MARIE THORES
MÉXICO, D. F.